.General Iron.

¿Quién iba a pensar que tan recto general caería ante los pies de tan pobre enemigo?

Si él había con su fuerza llevado a su ejercito.
Cuando su patría entró en crisis, él se mantuvo siempre de pie, mostrando firmeza y fortaleza ante los ojos peturbados de su pueblo, que no conseguían explicarse el por qué de dicha situación.
Pero él les dió una patria nueva, aunque su pueblo se enojara con él, aunque muchos ya no le creyeran y se alejaran. El confió en ella, y la mantuvo con lo que tenía, para que fuera siempre la que no había sido nunca, para que ella, su pueblo nuevo y el viejo pudieran convivir felices.
Pero... la nueva patría ¿era la solución correcta?
Él confiaba en eso, pero aquella mueca en el rostro del antiguo pueblo le decía que algo andaba mal, sin embargo, fiel a sus instintos, se alejó de ellos, lo nuevo era mejor que lo viejo, aquellos que lo habían acompañado en sus batallas de vida, hoy lo miraban con ojos de desprecio e indignación y él no podía permitírselos ni mucho menos comprenderlos.
Siguió mostrando frialdad en su rostro, siguió confiando en los nuevos seguidores y alejándose de los demás, a pesar de sus intentos de que él volviera a ser como era antes.
Los nuevos miebros y este nuevo suelo le dieron confianza y felicidad, derrotaba al enemigo sin aplicar siquiera la fuerza, sin mover ni un sólo músculo, sin sentir dolor, él veía morir a sus enemigos ante sus ojos, veía sus heridas sangrar sin dolor alguno, se veía feliz dentro de un mundo donde antes no lo era.
¿Era esto correcto?
En escondidas partió a sus antiguas tierras, a pedir el consejo de sus viejos camaradas, aquellos que los conocían todo, aquellos que siempre le darían amor incondicional, aquellos que siempre habían estado ahí para él.
Lo miraron de reojo al llegar, algunos hablaban por lo bajo, él se percató de eso, pues tenía los sentidos más desarrollados que de costumbre.
Desafiante pidió hablar con alguno de ellos, y ellos le aceptaron, él les pregunto:
— ¿Cómo puede ser posible que mis heridas sangren y yo no sienta el dolor? ¿cómo es que antes eso no sucedía? ¿Cómo es que ahora gano batallas con mi nuevo pueblo mientras que antes sólo las perdíamos? ¿Cómo es que no quieren venir conmigo a este nuevo mundo donde todo es posible? ¿Cómo es que todavía siguen aquí?
Miró la indignación en los ojos de sus antiguos amigos y no conseguía comprender.
Partió de inmediaro al son de un ¡Son unos idiotas!
Tu nueva gente es tu enemiga, te crees un general como antes, pero no eres ni la mitad de lo que eras con nosotros, te has ido y no has de volver, pues ellos te ofrecen algo que nosotros no, ánda general de hierro, vete a sus manos y mírate desvanecer, pues lo que quieran de tí, lo tomaránmientras tu mueras dulcemente entre sus brazos, pero si quieres volver, vúelve, pues nosotros hemos de esperarte toda la vida.

Rou mandarinaCute